Hoy es un día de mucha tristeza pero de mucha liberación también.
Hoy nos dejó una gran amiga y hermana, su nombre es Mercedes Perez quesada, La anacoreta.
Una sagitariana intensa, dragón de metal y con una fé inquebrantable. Rezaba por todos y por todos. Pedía oración por todos y por todo.
Seguramente cuando su alma llegue al Cielo estará explicándoles a todos como se hacen bien las cosas, corrigiendo la gramática y dicción. Pero por sobre todo se maravillará con todo lo que hay para ver, leer y conocer. Fija su mirada en su Señor que la espera.
Hoy pido en especial por los que quedamos, por su amada Iglesia que hoy la llora y la celebra, por sus hermanos espirituales.
Por su familia, en especial por su hermana Chela y sus amados sobrinos.
Voy a extrañar nuestras charlas y su fuerza arrolladora.
Fue una mujer de fé, genio y figura hasta la sepultura. Alguien que pudo morir en su Ley.
Yo elijo recordarla así, con su sonrisa franca y su turbante.